Expolio se define como “despojar con violencia o con injusticia”, sus sinónimos…………….desposeer, quitar, desvalijar, pillar, saquear……
La minería responsable debe fundamentarse en siete pilares básicos. Desarrollo sostenible, equidad, toma de decisiones participativa responsabilidad, transparencia, previsión y eficiencia.
La minería responsable debe fundamentarse en siete pilares básicos. Desarrollo sostenible, equidad, toma de decisiones participativa responsabilidad, transparencia, previsión y eficiencia.
Desarrollo sostenible tiene que satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de futuras generaciones de satisfacer las suyas propias.
En equidad, tanto los beneficios como riesgos deben distribuirse de manera “justa”. Las decisiones deben consensuarse de una manera libre e informada. Las comunidades tienen el derecho de decidir de manera independiente si aceptan o no, la práctica minera en sus territorios, también de conocer, si existen otras alternativas menos lucrativas pero más rentables, en términos de conservación y generación de empleo, como la silvicultura o el turismo.
Responsabilidad y transparencia implica que, las compañías deberían apoyar el monitoreo y supervisión independiente de los proyectos, la divulgación sobre los impactos de sus operaciones en un lenguaje sencillo, para que toda la comunidad pueda entenderlos.
Previsión, donde haya amenazas de daño serio o irreversible, el gobierno debe decidirse en contra de la promoción del desarrollo minero. Son las llamadas “zonas intangibles”. Aquellas que por su diversidad biológica, fragilidad de los ecosistemas o riqueza acuífera deben preservarse.
No se pueden descuidar los problemas comunitarios de fondo, como la pobreza por la inflación de precios, desnutrición, baja escolaridad, alcoholismo, violencia doméstica y abuso infantil. El contaminador debe pagar por la limpieza y remediación ambiental.
En equidad, tanto los beneficios como riesgos deben distribuirse de manera “justa”. Las decisiones deben consensuarse de una manera libre e informada. Las comunidades tienen el derecho de decidir de manera independiente si aceptan o no, la práctica minera en sus territorios, también de conocer, si existen otras alternativas menos lucrativas pero más rentables, en términos de conservación y generación de empleo, como la silvicultura o el turismo.
Responsabilidad y transparencia implica que, las compañías deberían apoyar el monitoreo y supervisión independiente de los proyectos, la divulgación sobre los impactos de sus operaciones en un lenguaje sencillo, para que toda la comunidad pueda entenderlos.
Previsión, donde haya amenazas de daño serio o irreversible, el gobierno debe decidirse en contra de la promoción del desarrollo minero. Son las llamadas “zonas intangibles”. Aquellas que por su diversidad biológica, fragilidad de los ecosistemas o riqueza acuífera deben preservarse.
No se pueden descuidar los problemas comunitarios de fondo, como la pobreza por la inflación de precios, desnutrición, baja escolaridad, alcoholismo, violencia doméstica y abuso infantil. El contaminador debe pagar por la limpieza y remediación ambiental.
Eficiencia, significa optimización del uso de recursos naturales y la reducción de los desechos en el uso de la energía y el agua.
Ahora…. ¿Es nuestra minería realmente limpia y responsable ?………………….
Primero, minería limpia NO EXISTE. Siempre habrá contaminación. Al eliminar el manto vegetal, contaminar el aire con el polvo de las voladuras y el desplazamiento de camiones, contaminación acústica con las explosiones y afectación de las fuentes de agua.
Minería responsable es factible pero………….. ¿Se aplica en Panamá?
No hay un plan maestro de desarrollo sostenible para las áreas, que implique un objetivo de “Pobreza extrema cero “en 20 años. Para eso, según el BID, se necesitarían 500 Millones por año que, podrían obtenerse si la distribución de las acciones fuera en equidad y se les diera a los originarios al menos un 20 % del capital. Tampoco se han definido las “zonas intangibles” dentro de las concesiones, una de las cuales aspira a tener 842 kilómetros cuadrados, el equivalente a más de cuatro veces el tamaño total de la ciudad de Panamá. El estudio ambiental es desconocido por los no técnicos y no existen estudios de impacto de género, social o de conflicto.
Tampoco hay equidad en cómo se distribuirá la riqueza. El contrato dado a Petaquilla, es propio de una “Banana Republic”. Tiene dos prórrogas de 20 años, por lo que puede durar 60 años. Cuando terminen, pueden llevarse libremente todas las instalaciones, mejoras o anexos que hayan hecho. Están exonerados del impuesto de importación, del impuesto sobre la renta por remesas, asesoramiento profesional o administrativo fuera del territorio.
Podrán deducirse como “gasto de operación”, los cánones superficiales, Regalías, impuestos, y el cargo por depreciación. Los gastos por servicios y abastos, así como los demás gastos que se realicen en relación con las investigaciones geológicas preliminares y todas las exploraciones mineras con o sin éxito.
Los gastos en relación con la educación y adiestramiento de ciudadanos panameños incluidos las escuelas y materiales docentes.
Los pagos a los municipios no acreditados en el impuesto sobre la renta, se pueden deducir como “gastos generales”, también cualquier pago de impuestos municipales por encima de los 100 000 dólares, es deducible como un “crédito fiscal”.
El “crédito fiscal”, además permite deducir el 100 por ciento de la inversión directa y en infraestructura, incluyendo las carreteras, plantas de energía eléctrica, puertos, potabilizadoras, viviendas, alojamientos para los trabajadores, hospitales, estaciones de primeros auxilios, estructuras para uso social y recreacional de la comunidad, calles, aceras y ornamentación.
En resumen, la inmensa mayoría de los miles de millones que se dice, invertirán en los proyectos, será pagado al final por todos los Panameños. Una especie de “Desarrollo deducible”, cuya decisión no será potestad de la comunidad, sino que, dependerá de los criterios de la empresa. Tampoco, al menos en los primeros años, contribuirá a fortalecer el presupuesto ya que prácticamente no recibiremos dinero útil hasta que se “recupere” la inversión.
Ante tan “tiranosáurica” concesión, lo lógico hubiera sido una moratoria para iniciar un dialogo cuadripartita (gobierno, comunidad, empresas, sociedad civil), que permitirá una revisión completa y no una modificación de la ley minera, bajo los criterios de una minería verdaderamente responsable.
Es fundamental contar con un plan de desarrollo integral y estratégico, que evite las llamadas economías de “auge y caída “, donde la comunidad depende de una sola actividad (minería), descuidándose la agricultura y los métodos tradicionales de subsistencia. Así como la formación de empresas mixtas, Estado-comunidad-empresarios, que permitirá un desarrollo integral y justo para la nación entera.
Ahora…. ¿Es nuestra minería realmente limpia y responsable ?………………….
Primero, minería limpia NO EXISTE. Siempre habrá contaminación. Al eliminar el manto vegetal, contaminar el aire con el polvo de las voladuras y el desplazamiento de camiones, contaminación acústica con las explosiones y afectación de las fuentes de agua.
Minería responsable es factible pero………….. ¿Se aplica en Panamá?
No hay un plan maestro de desarrollo sostenible para las áreas, que implique un objetivo de “Pobreza extrema cero “en 20 años. Para eso, según el BID, se necesitarían 500 Millones por año que, podrían obtenerse si la distribución de las acciones fuera en equidad y se les diera a los originarios al menos un 20 % del capital. Tampoco se han definido las “zonas intangibles” dentro de las concesiones, una de las cuales aspira a tener 842 kilómetros cuadrados, el equivalente a más de cuatro veces el tamaño total de la ciudad de Panamá. El estudio ambiental es desconocido por los no técnicos y no existen estudios de impacto de género, social o de conflicto.
Tampoco hay equidad en cómo se distribuirá la riqueza. El contrato dado a Petaquilla, es propio de una “Banana Republic”. Tiene dos prórrogas de 20 años, por lo que puede durar 60 años. Cuando terminen, pueden llevarse libremente todas las instalaciones, mejoras o anexos que hayan hecho. Están exonerados del impuesto de importación, del impuesto sobre la renta por remesas, asesoramiento profesional o administrativo fuera del territorio.
Podrán deducirse como “gasto de operación”, los cánones superficiales, Regalías, impuestos, y el cargo por depreciación. Los gastos por servicios y abastos, así como los demás gastos que se realicen en relación con las investigaciones geológicas preliminares y todas las exploraciones mineras con o sin éxito.
Los gastos en relación con la educación y adiestramiento de ciudadanos panameños incluidos las escuelas y materiales docentes.
Los pagos a los municipios no acreditados en el impuesto sobre la renta, se pueden deducir como “gastos generales”, también cualquier pago de impuestos municipales por encima de los 100 000 dólares, es deducible como un “crédito fiscal”.
El “crédito fiscal”, además permite deducir el 100 por ciento de la inversión directa y en infraestructura, incluyendo las carreteras, plantas de energía eléctrica, puertos, potabilizadoras, viviendas, alojamientos para los trabajadores, hospitales, estaciones de primeros auxilios, estructuras para uso social y recreacional de la comunidad, calles, aceras y ornamentación.
En resumen, la inmensa mayoría de los miles de millones que se dice, invertirán en los proyectos, será pagado al final por todos los Panameños. Una especie de “Desarrollo deducible”, cuya decisión no será potestad de la comunidad, sino que, dependerá de los criterios de la empresa. Tampoco, al menos en los primeros años, contribuirá a fortalecer el presupuesto ya que prácticamente no recibiremos dinero útil hasta que se “recupere” la inversión.
Ante tan “tiranosáurica” concesión, lo lógico hubiera sido una moratoria para iniciar un dialogo cuadripartita (gobierno, comunidad, empresas, sociedad civil), que permitirá una revisión completa y no una modificación de la ley minera, bajo los criterios de una minería verdaderamente responsable.
Es fundamental contar con un plan de desarrollo integral y estratégico, que evite las llamadas economías de “auge y caída “, donde la comunidad depende de una sola actividad (minería), descuidándose la agricultura y los métodos tradicionales de subsistencia. Así como la formación de empresas mixtas, Estado-comunidad-empresarios, que permitirá un desarrollo integral y justo para la nación entera.
Dr. Alessandro Ganci
Concienciaciudadana09@gmail.com
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